Tal vez uno de los misterios del arte más estudiados por los historiadores sea la búsqueda del paradero del cráneo de Goya. En la ciudad francesa de Burdeos, en 1878, el cónsul español Joaquín Pereyra encontró de forma fortuita los restos incompletos del célebre pintor. Desde entonces, estos han tenido una larga travesía hasta lograr su descanso final en la Ermita de San Antonio de la Florida, en Madrid.
A lo largo de los años, las décadas, han surgido mil y una hipótesis que dieran explicación a por qué el cráneo de Goya fue separado del resto de su cuerpo. En este número recogemos algunas de las conclusiones que se han obtenido para este misterio histórico único.
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